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Ministerio Hispano


VIVIENDO EN LA VERDAD Y EN EL AMOR

Escúchenlo

Ha sido una larga tradición en la Iglesia que el santo padre haga un retiro después del Miércoles de Ceniza para el inicio del tiempo de Cuaresma. Este año, el papa Francisco comenzó su retiro en el Vaticano el domingo 26 de febrero y finalizó el viernes 3 de marzo. El Papa invitó a los cardenales residentes en Roma y a los jefes de los dicasterios a unirse a él a un retiro de ejercicio espirituales “de manera personal”. Él mismo canceló todas sus citas para la semana, incluyendo su audiencia general del miércoles 1 de marzo, y pidió a los jefes de los dicasterios en el Vaticano a hacer lo mismo para usar el tiempo de oración en unión con él.

Puede parecer inusual concebir al Papa en un retiro si se considera que toda su vida podría ser uno. Incluso podría parecer más sorprendente darse cuenta de que los monjes en un monasterio también tomen tiempo de su rutina habitual para un retiro espiritual en su propio monasterio o en otro lugar. Pero es fácil comprender la necesidad de estos retiros cuando nos damos cuenta que es simplemente un tiempo de cambiar los patrones habituales de uno para volver a centrar la atención en la presencia de Dios en las actividades diarias. Un retiro no es tanto un "alejarse de" como más bien un "volver a". Nosotros necesitamos ese tiempo para redirigirnos a nosotros mismos para que nuestras vidas y quehaceres diarios se vivan y se lleven a cabo en la presencia de Dios.

El período de cuarenta días de Cuaresma en el que entramos recientemente el Miércoles de Ceniza es verdaderamente un tiempo de retiro para la Iglesia. El ritmo habitual de vida de la Iglesia cambia. Ella se retira del ciclo ordinario de lecturas litúrgicas y celebraciones. Los gozosos Glorias y Aleluyas no se cantan y proclaman. El color púrpura se usa generalmente para la celebración de la misa. Las lecturas litúrgicas están intensamente enfocadas y se dedica más tiempo a los actos de penitencia y la celebración del sacramento de la reconciliación. La Iglesia hace todo esto, no para no salirse de su vida habitual, sino para volver a su vida fundamental, especialmente porque será celebrada durante Semana Santa y tiempo de Pascua. Durante la Cuaresma se nos recuerda quiénes somos y en qué creemos. El retiro de Cuaresma nos da la oportunidad de concentrarnos más en Cristo, por lo que estaremos más presentes para Él durante los otros períodos de nuestra vida.

El retiro de Cuaresma de la Iglesia presenta una oportunidad para que todos nosotros hagamos algo concreto al enfocar nuestra atención diaria en Cristo. Hay tantas prácticas y devociones que podemos emprender durante este retiro para ayudarnos a reorientar nuestra vida diaria. Actos de caridad, actos de penitencia, más tiempo con nuestras familias, más tiempo en la meditación de las Sagradas Escrituras o ante el Santísimo Sacramento, viacrucis, celebraciones más frecuentes del sacramento de la reconciliación y, por supuesto, la celebración de la Eucaristía son prácticas que podemos emprender en Cuaresma para ayudarnos a apreciar mejor la presencia del Señor en nuestras vidas. Nuestra práctica de Cuaresma podría incluso ayudar para hacer frente a una situación difícil en nuestras vidas, de una manera más paciente y comprensiva. Lo importante para nuestro retiro de Cuaresma es que hagamos algo fielmente con la intención de que nos ayude a comprender el verdadero sentido de nuestra existencia.

En su mensaje de Cuaresma de este año, el papa Francisco habla del Evangelio de la Transfiguración de Jesús que se nos presenta el segundo domingo de Cuaresma. Los discípulos siguieron a Jesús en un retiro que hace en el monte Tabor. Aquí se transfigura ante ellos y experimentan su gloria de una manera única. Al finalizar este retiro, la voz del Padre manda a los Apóstoles: “Escúchenlo” (Mt 17,5). El Papa nos exhorta a hacer lo mismo durante nuestro retiro de Cuaresma y escuchar al Señor que realmente nos habla cada día. El papa Francisco dice: “¿Y cómo nos habla? Ante todo, en la Palabra de Dios, que la Iglesia nos ofrece en la liturgia. No dejemos que caiga en saco roto. Si no podemos participar siempre en la Misa, meditemos las lecturas bíblicas de cada día, incluso con la ayuda de internet. Además de hablarnos en las Escrituras, el Señor lo hace a través de nuestros hermanos y hermanas, especialmente en los rostros y en las historias de quienes necesitan ayuda.” Durante nuestro retiro de Cuaresma, podríamos pensar en qué manera podemos dedicar más tiempo a la escucha del Señor. Cuanto más practiquemos todo esto durante la Cuaresma, más podremos practicarlo durante el resto del año.

Mientras el Papa continúa su retiro, la Iglesia también realiza su retiro de cuarenta días. Este tiempo puede parecer tan diferente de los otros períodos de la vida de la Iglesia, pero no lo es. Es una oportunidad para enfocar y redirigir nuestras vidas, y ver cada día ante nosotros, lo que realmente importa. Decidámonos a retirarnos bien, emprendiendo alguna práctica concreta de escuchar al Señor por pequeño que sea y haciéndolo fielmente y con atención. Realizando nuestro retiro de Cuaresma de esta manera, nos asegurará que continuaremos mucho después de que termine este período.

Como nos recuerda el papa Francisco, “la Cuaresma está orientada a la Pascua: el “retiro” no es un fin en sí mismo, sino el medio para prepararnos a vivir la pasión y la cruz del Señor con fe, esperanza y caridad y así llegar a la Resurrección”.

 

Reverendísimo Gerald M. Barbarito

3 de marzo de 2023

 

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