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Most Reverend Gerald M. Barbarito Columns

Ministerio Hispano

Obispo de Palm Beach

Mensaje Del Obispo de Palm Beach

Bishop Barbarito

3 de octubre de, 2025

San Miguel Arcángel, defiéndenos, te lo rogamos.

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla; sé nuestro amparo contra la perversidad y las asechanzas del demonio. Que Dios le manifieste su poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.

            Esta sencilla oración es bien conocida por nosotros, como católicos, pues invoca la protección de San Miguel Arcángel en la batalla contra el demonio en su constante esfuerzo por hacer que el mal conquiste el mundo. La oración fue compuesta por el Papa León XIII hace más de 100 años. Fue a comienzos de octubre de 1884 cuando el Papa León XIII acababa de celebrar la misa en su capilla privada. En esa ocasión, tuvo una visión en la que el demonio se jactaba de que podría destruir la Iglesia en los próximos 100 años. La experiencia fue tan perturbadora para el Papa León que en realidad cayó enfermo y se desmayó. Inmediatamente después de esta experiencia, compuso la oración a San Miguel Arcángel y pidió que se rezara en todas las Iglesias del mundo.

            El Papa León XIV ha elegido específicamente su nombre en honor al Papa León XIII. Explicó esto al Colegio de Cardenales en su discurso al día siguiente de la elección papal. Tomó ese nombre porque expresó que el Papa León XIII enfrentó muchos de los desafíos que hoy vivimos en el mundo, especialmente en lo que respecta a la persona humana y a los derechos que Dios le ha otorgado, los cuales a menudo son pasados por alto en favor de beneficios monetarios y sociales de diversas maneras. El Papa León XIII fue un portavoz principal de los derechos de los trabajadores y de las desigualdades que surgieron con la Revolución Industrial.

            Lamentablemente, el demonio desempeña el mismo papel en los males que están presentes en nuestro mundo, desde el mismo comienzo después de la creación de Adán y Eva por Dios. Hoy en día se necesita mucho la intercesión de San Miguel. En las últimas semanas hemos presenciado un mal horrendo en el brutal asesinato en la Universidad del Valle de Utah y en el tiroteo y asesinato de niños pequeños durante la misa, antes de comenzar su jornada escolar, en la Iglesia de la Anunciación en Minneapolis, así como en el tiroteo y el incendio en una Iglesia en Míchigan. Hemos visto este tipo de mal con demasiada frecuencia en nuestra nación. El mal grita ante nosotros en las guerras injustificadas y en el asesinato de personas inocentes en todo el mundo por motivos políticos.

            Una táctica renovada en la batalla de Satanás hoy es el desaliento de la oración frente a tanta maldad. Después del trágico tiroteo en la Iglesia de Minneapolis, el alcalde declaró abiertamente: “No digan que esto se trata de pensamientos y oraciones en este momento. Estos niños estaban literalmente orando. Era la primera semana de clases y estaban en una Iglesia.” Sus palabras, junto con declaraciones similares de otros, fueron recibidas con fuerte oposición. El obispo Robert Barro, un reconocido teólogo y líder pastoral de los jóvenes en nuestro país, criticó duramente estas afirmaciones, identificándolas como parte del problema más profundo que enfrentamos hoy.

            La oración siempre es eficaz y marca una diferencia de muchas maneras, en todas las situaciones que enfrentamos en la vida, y especialmente en aquellas que no comprendemos. Puede parecer que nuestras oraciones no son escuchadas, pero sí hacen la diferencia. El mismo Jesús oró por cosas que no se realizaron tal como Él las pidió, pero la oración era el centro de su relación con el Padre. La oración nos pone en comunión con Dios y también nos une entre nosotros, incluso con aquellos que ya han partido antes que nosotros.

            El cuestionamiento de la oración está estrechamente relacionado con la pérdida de corazón que enfrenta nuestra cultura y el mundo actual. León XIV ha señalado con claridad que afrontamos una crisis particular: la pérdida de nuestro corazón humano al discernir el uso correcto de la inteligencia artificial. La oración no forma parte del lenguaje de la inteligencia artificial. Sin embargo, la oración nos une a quienes sufren, aun cuando ellos no puedan percibir nuestra presencia. El mal jamás vencerá a la cruz de Cristo. Aunque el mal pueda estar presente, es siempre la bondad la que prevalece.

            Estamos profundamente bendecidos por los hombres y mujeres que muestran la bondad de la vida al darse a sí mismos de tantas maneras diferentes: para protegernos, velar por nosotros y llenar el mundo del verdadero espíritu que necesitamos. Entre ellos se encuentran nuestros diputados adjuntos, oficiales de policía, bomberos, socorristas y personal de seguridad. A todos ellos les damos las gracias desde lo más profundo de nuestro corazón, y les aseguramos nuestra unión a través de nuestras oraciones cada día. Invocamos a San Miguel Arcángel, su patrono especial, para que los proteja mientras recuerdan al mundo que el don de la vida de Dios para cada uno de nosotros es siempre lo que triunfará, y no el interés egoísta. En un momento en que enfrentamos tanto mal, su presencia entre nosotros es una gran gracia e inspiración. Ofrecemos nuestra gratitud por todo lo que hacen y todos los sacrificios que realizan, incluyendo el arriesgar             sus propias vidas por nosotros.

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla; sé nuestro amparo contra la perversidad y las asechanzas del demonio. Que Dios le manifieste su poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.

Reverendísimo Gerald M. Barbarito

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